Hasta ahora, los españoles con telefonía fija se encuentran año tras año en la puerta de su casa con una o varias guías telefónicas en papel. La edición de 2012 de Páginas Blancas para Madrid Capital pesa cerca de 1,2 kilos y la de Páginas Amarillas ha reducido su formato, pero sigue estando por el medio kilo de papel. En España existen 16 millones de clientes de línea de teléfono fija, así pues, se reparten anualmente unos 32 millones de estas guías. Antaño eran imprescindibles. Sin embargo, con Internet, cada vez son más las personas para las que estos directorios de teléfonos resultan del todo inútiles. De hecho, si el usuario no dicen lo contrario, la de 2012 será la última guía de Páginas Blancas que reciba en papel. Ahora, una holandesa residente en España ha lanzado en la plataforma Actuable una petición para que la Guía de Páginas Amarillas también se reparta solo a aquellos personas que la soliciten: "Páginas Amarillas: no quiero vuestra guía". Obviamente, llevar una guía telefónica hasta la puerta de 16 millones de hogares tiene un impacto ambiental. Requiere generar mucho papel, trabajo de oficina, maquinaria, carburante para distribuir los tomos por todo el territorio. En el caso concreto de las páginas de color amarillo de este directorio de teléfonos, Yell Publicidad, la empresa que elabora la guía en España, especifica que están hechas con fibra virgen de bosques escandinavos bien gestionados, aunque asegura que comenzará a utilizar material reciclado a partir del mes de abril. ¿Son las Páginas Amarillas malas para el medio ambiente? No se trata de demonizar el uso del papel. Como se ha explicado en algún post anterior, en contra de lo que se suele pensar, a veces puede ser preferible un producto forestal que el ordenador o que cualquier gadget electrónico (dependerá del tiempo que esté encendido el aparato, de su gasto de energía, del origen de la electricidad utilizada, de la procedencia del papel, del proceso seguido en la papelera, de qué se haga con el residuo…). Sin embargo, aquí la comparativa entre la guía telefónica e Internet resulta artificial. En este caso, la cuestión no es solo el impacto ambiental que pueda producir una guía, sino que ese impacto sea para nada; que todo eso se haya hecho para que no se abran nunca sus páginas. Así lo recalca la holandesa Hannah Schildt, que llama la atención en que muchas de las guías que se reparten hoy en día van directamente a la basura sin ser jamás utilizadas. La respuesta de Yell Publicidad (las Páginas Amarillas pasaron a manos del grupo Yell en 2006) es que este directorio de teléfonos sigue siendo mucho más utilizado de lo que se cree, pues no todo el mundo tiene o usa Internet. La compañía asegura que los últimos estudios de mercado de GFK indican que el 54,2% de la población adulta en España consultó Páginas Amarillas en el pasado ejercicio y que 20,8 millones de personas habrían realizado 294 millones de consultas en estas guías. Aún así, lo que reclama la iniciativa ciudadana no es que se deje de distribuir la guía de Páginas Amarillas a toda esa gente que sigue utilizándola, sino que no le llegue a quién no quiera recibirla. En realidad, no hay que irse muy lejos para encontrar un caso parecido en el que se ha tomado ya esa decisión: la guía de Páginas Blancas, en cuya distribución también ha participado Yell Publicidad, si bien hasta ahora ha seguido dependiendo de Telefónica. Páginas Amarillas es un concepto comercial en el que Yell Publicidad vende espacios de publicidad. En cambio, Páginas Blancas (con el listado de abonados) está considerado en España un servicio universal que hay que dar obligatoriamente, al igual que las cabinas de teléfono públicas o la conexión a la red telefónica. De esto se ha encargado siempre Telefónica. Sin embargo, se han introducido importantes novedades que entran en vigor a partir de 2012. Una de ellas es que, por primera vez, el operador que se encargue de la guía de abonados podrá ofrecer este servicio en formato digital: solo recibirán la guía en papel aquellos usuarios que así lo pidan. Para muchos, la guía de Páginas Blancas de 2012 será la última que reciban en casa. En Telefónica tienen claro que esto es una avance, pues están de acuerdo en que la guía en papel ha quedado totalmente obsoleta frente a Internet (y el cambio supone además un ahorro de costes). Sin embargo, desde Yell Publicidad, compañía en la que trabajan cerca de 1.000 personas en España, inciden en que estos dos tipos de directorios telefónicos son muy distintos. Como detallan, en el caso de Páginas Amarillas, el negocio se basa en vender espacios de publicidad garantizando justamente que la guía va a llegar a todo el mundo. En 2011, se realizaron 84 ediciones diferentes para cada zona del país, de las que se distribuyeron 16 millones de ejemplares. Según la compañía, "la guía se reparte al 98% de los hogares y empresas de España, y eso es importante para nuestros anunciantes”. La opción de elegir si recibir o no la guía puede perjudicar el negocio publicitario de la empresa, aunque parece razonable que un ciudadano pueda evitar que llegue a su casa algo que no quiere. Por otro lado, la guía de Páginas Amarillas no es tampoco lo único que se distribuye de forma masiva sin que el ciudadano lo pida, o lo quiera recibir. Ocurre también con otros tipos de publicidad, publicaciones, promociones, regalos… Muchos artículos, con un impacto ambiental, que se irán directamente a la basura. ¿Qué opináis vosotros? Por: Clemente Álvarez | 25 de enero de 2012 http://blogs.elpais.com/eco-lab/2012/01
via avias.asociacion venezolana de la industria de las aguas subterraneas http://avias-aguassubterraneas.blogspot.com/2013/11/son-las-paginas-amarillas-malas-para-el.html
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